Campfire Solaris

Introducción

 

Gracias a Zococity.es, he podido disfrutar de estos grandes y clásicos IEMS: Los Campfire Andromeda.

Debido a que el pack estaba compuesto por más productos, este artículo solo serán unas breves impresiones, acerca de tan prestigiosos auriculares.

Espero que, igualmente, disfruten de la brevedad.

 

Enlace de Compra

 

https://zococity.es/campfire-audio-solaris

https://zococity.es/campfire-audio-solaris-2020

 

Enlace a la Tienda

 

https://zococity.es/

 

Presentación y Contenido

 

La presentación de los Solaris es bastante simple. Vienen en una pequeña caja cuadrada, que se abre como un cofre. En su parte frontal hay una foto de las cápsulas. El resto de la caja viene decorada con destellos dorados.

Tras abrir la caja, aparece una funda con cremallera, de piel genuina, bastante grande. Sus tapas son bastante rígidas y su interior está forrado con una especie de lana mullida, algo, que llama bastante la atención. Tras retirar dicha funda, existe un doble fondo, bajo el cual se encuentran el resto de accesorios, varios juegos de tips de silicona y de foam, librito de instrucciones y especificaciones, garantía, cepillo de limpieza y alguna cosilla más.

En el interior de la funda, vienen los IEMS, con su cable enrollado. Dicho cable, se llama Litz. Cada cápsula viene dentro de una bolsita perforada, de dos compartimentos, que los protege.

 

Es la primera vez que tengo entre manos un artículo de Campfire y, viendo su precio, la experiencia unboxing es bastante leve, casi insulsa: una caja pequeña, pocos accesorios, pero una funda estelar, eso sí.

 

 

Construcción y Diseño

 

Las cápsulas Solaris están construidas, a mano, como si fueran joyas: los materiales usados, la calidad del ensamblado, los detalles, las estrías que posee la superficie, el pulido de la cara exterior, las juntas perfectas, las boquillas…Todo ello demuestra una calidad absoluta, muy cercana a la perfección.

Los Solaris tienen 4 drivers, 2 BA con sistema TAEC, para los agudos, 1 BA para medios y 1 DD, cuyo diafragma está compuesto de un material híbrido, entre diamante y grafito.

En cambio, el diseño, no es el más adecuado para unos IEMS, si se tiene en cuenta la ergonomía. Las cápsulas son muy grandes; el tamaño y longitud, de las bases de las boquillas, resulta poco adecuado para mis orejas. Además, todo ello, se agrava algo más, debido al peso y cierta tendencia a caerse, ya que sobresalen bastante.

El cable Litz, trenzado en espiral, se compone de cuatro conductores de cobre, bañados en plata de alta calidad. Resulta bastante rígido, pese a su construcción y calidad, Es poco manejable, aunque, su punto más negativo, son las guías de los ganchos sobre orejas: son, incluso, más rígidas, ofreciendo un ajuste poco agradable.

Nadie puede dudar de la calidad de construcción del cable, pero sí de su manejo y comodidad, cualquiera hemos visto cables relativamente baratos, mejores en este aspecto.

 

 

Ajuste y Ergonomía

 

La gran decepción de los Solaris es su ajuste y ergonomía. Habré probado 100 IEMS y éstos me han ofrecido la peor experiencia de ajuste, encaje y ergonomía, impropio de su elevado coste. Seguramente, su tamaño esté justificado por su sonido. Pero, ya es extraño que haya salido al mercado un nuevo modelo más pequeño, que intente mejorar este aspecto, sin renunciar a su sonido.

Primero, el cable rota bastante, en las cápsulas ofreciendo una libertad, que complica el ajuste sobre oreja del cable. Luego, las guías, demasiado rígidas, requieren más manipulación de lo normal, para conseguir comodidad. El siguiente paso: encontrar las tips adecuadas. Después de probar muchas y, debido al gran diámetro de las boquillas, me he decantado por las famosas JVC Spiral Dots. Gracias a ellas, he conseguido el ajuste más estable, pero, sin poder evitar un serio roce de la base de las boquillas, alrededor del trago y antitrago de mis orejas. Este gran problema, ha impedido que pueda disfrutar del sonido de los Solaris, más allá de sesiones cortas, no superiores a media hora. Una lástima.

 

 

Sonido

 

Perfil

 

Encuentro el perfil de los Solaris como una mezcla de neutralidad equilibrada, con cierta tendencia cálida, que le confiere una ligera forma en U. Los tres rangos se encuentran convenientemente expuestos y presentes, consiguiendo una homogeneidad exquisita, virtud que deja, prácticamente, toda la música al descubierto.

Como primera impresión, la grandiosidad de su escena, cuesta ser digerida. La naturaleza del sonido generado, difiere bastante, del resto de IEMS por debajo de los 200$, que suelo probar normalmente. Dicha composición, la reubicación de los planos sonoros, la procedencia de las voces, su fluida mezcla con los detalles, la textura de los graves y la tremenda elegancia de los medios, simplemente, aturden en su percepción inicial. Es, por ello, que dicho sonido, puede requerir un rodaje cerebral, o al menos así ha sido en mi caso.

 

 

Graves

 

La zona baja es completamente adecuada, en términos de cantidad y ejecución: un mayor impacto o presencia, empañaría el cariz homogéneo del Solaris. La textura asombra, posee una justa medida de rugosidad, sintiéndose suave, pero sin renunciar a esa ondulación que se percibe, vibrante, en nuestros oídos.

La ejecución demuestra maestría y fidelidad: desde el subgrave, hasta los medios bajos, la articulación de las ondas es definida, de gran resolución, compleja, pero compacta. La velocidad de ejecución, permite detectar el decaimiento de los golpes, en un fundido único y muy difícil de observar en otros modelos. Esta característica consigue que, la capacidad de los Solaris, para presentar planos sonoros, sea excelente: la profundidad del sonido adquiere gran protagonismo, dotando a la escena de una escala sobre dimensionada y holográfica, totalmente envolvente. Tampoco es nada desdeñable, la precisión de los golpes, ni siquiera su perfecta armonía con el resto de bandas. Los bajos son enormemente descriptivos, definidos, secos y apretados, incluso delicados, porque, pese al claro poder que poseen, su ejecución nunca resulta excesiva, tan solo placentera.

En definitiva, los Solaris ha redefinido la naturalidad de los graves, añadiendo una nueva acepción, que lleva su nombre propio.

 

 

Medios

 

La suave tendencia cálida, aporta dulzura, melosidad y melodía a la zona central. Los medios se sienten bien expuestos y presentes, tan solo un punto por detrás de los graves y agudos, sin que ello suponga ningún perjuicio, ya que ambos extremos, aportan profundidad, detalles, matices, destellos y aire, para recrear una zona media enormemente rica.

En una primera percepción, la enorme escena de los Solaris y su gran capacidad de recreación tridimensional, redibujó en mí, el orden interno de mi colección de canciones conocidas: la ubicación y procedencia de las voces e instrumentos era diferente. Fue algo que, incluso, alteró mi percepción del timbre de la zona media. Así como, los graves y agudos, los sentía como debían ser, los medios se mostraron irreales inicialmente. Tras el necesario rodaje cerebral y la aceptación del nuevo enfoque que supone la música procedente de los Solaris, todo vuelve a reubicarse: no se trata de oponer resistencia, tan solo de seguir el flujo sonoro, como si se tratara de la primera vez que se escucha música. Llegado a este punto, una vez que mis sentidos se han orientado correctamente, a favor de la corriente musical, el timbre se tornó más realista, incluso natural. Aunque, debo decir que la sensación principal, es la clara percepción del sonido fuera de la cabeza, no ayuda a una percepción realista, la ejecución de los sonidos no son innaturales, ni mucho menos. Los medios se reproducen muy completos, con un cuerpo delicado, pero repleto; por un lado, de una calidez que encandila y, por otro, de un nivel de brillo, destello y detalle, que pulsa el sonido. No existe delgadez, los medios tampoco son anchos, su exposición no es en primer plano, sino que su reparto es sabio, compenetrado y eficaz, activo, pero suave. Su mezcla es fruto de la excelente homogeneidad y compenetración de todos sus drivers. Exquisitos.

 

 

Agudos

 

Por último y, quizás, más importante, es la zona alta. No es la primera vez que comento que el verdadero nivel de unos auriculares, se demuestra en su capacidad de recrear los agudos. Como no podía ser de otra manera, los Solaris no decepcionan, presentando una conjunción entre definición y extensión, capacidad de resolución y cantidad de aire. Los agudos se perfilan suaves, con destellos muy finitos y agradables, lejos de cualquier atisbo de sibilancia o excesivo brillo. Los Solaris no se caracterizan por tener agudos crujientes, sino que aportan una recreación muy delicada y precisa, con una gran capacidad de análisis, sin que ello dote a su perfil, de un cariz analítico, por encima de su musicalidad. En este sentido, los detalles se exponen con gran facilidad, gracias a la gran capacidad técnica que poseen, pero consiguiendo contener cualquier exceso, de una manera elegante y totalmente educada. En este sentido, los Solaris son capaces de convertirse en domadores de zonas altas excesivas, sacando oro de grabaciones inadecuadas. Todo un lujo.

 

 

Escena, Separación

 

La escena es, simplemente, descomunal. La música parece querer abandonar nuestra cabeza. La percepción es totalmente tridimensional y esférica. La definición de sonido holográfico no es en vano, ya que la capacidad de los Solaris, para recrear el escenario, justifica tal calificativo. La sensación de aire, limpieza y claridad, se acerca al extremo. La separación y distancia, hace que los detalles se esparzan sin límite, pero sin dejar de percibirse, generando una riqueza de matices y detalles, totalmente envolvente y espacial.

 

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